Es fácil decirlo, pero no tan sencillo de entender el hecho de que el hombre ha tenido la necesidad de evolucionar conforme la misma naturaleza se lo ha exigido. Pero, por ilógico que parezca, la naturaleza pasó ha segundo término cuando el hombre rompió la barrera entre la necesidad y el gusto y la comodidad.

Un antiguo proverbio dice: “el hambre aguza el ingenio”, y ésta se puede aplicar también a los aspectos de la arquitectura. El ser humano ha cambiado sus necesidades conforme ha alterado el mismo ambiente, tanto en el que vive, como en el que convive. Un dato curioso es que en la edad media tenían ventanas más pequeñas y calles más estrechas puesto que su vida se desarrollaba en las calles. En aquellos lugares donde las áreas industriales hacen difícil o impiden la construcción de los edificios en una determinada forma, se encuentra siempre una solución que permite construirlos adaptándolos a la fisonomía y a las características topográficas del terreno. En la actualidad, la vida del hombre y en particular la del mexicano citadino, no dista mucho de tener el mismo comportamiento; sin embargo la falta de supuesto espacio para extenderse a los alrededores, lo ha orillado a llevar a cabo sus construcciones hacia arriba, creando nuevas estructuras arquitectónicas, basadas en la necesidad que se tiene al momento de ser hechas.

Sin embargo, no todas las construcciones que ha hecho el hombre, han satisfecho sus necesidades al cien por ciento, por tanto se ha visto obligado a seguir construyendo e invadiendo zonas libres, aptas, según el hombre, para la urbanización. Los edificios que en algún momento fueron una piedra preciosa en esta adornada ciudad, hoy han pasado a ser una mancha obscura en la orbe citadina.

La mano humana ha hecho de su espacio un lugar con equilibrio, tomando o no, en cuenta las ventajas y desventajas que en el acto pudieran haber. El equilibrio y la estética desempeñan un papel importante en las actividades del ser humano con el fín de dejar su huella marcada en la mira de la sociedad.

Sin embargo, así como se ha acostumbrado la conservación de la armonía en la urbanidad, así mismo se ha perdido de vista la singular importancia de aquellos edificios que han sido olvidados por la sociedad. Estas construcciones que en algún tiempo fueron de gran utilidad y que estuvieron en auge, siendo ocupadas por el vaivén y el trajin humano, han pasado a formar parte de un simple recuerdo del México antiguo.

Parte de las infraestructuras se conservan aún en pie, pero la gran mayoría siguen dando un servicio a la comunidad, aunque no sea el mismo para el que fueron destinadas en un principio. El paso de los años los ha hecho pasar por un proceso metamórfico, de ser unas adecuadas oficinas de trabajo a ser el refugio de personas indigentes, niños de la calle, perros vagabundos y parásitos de la sociedad. Este espacio se ha vuelto propicio para aquellos amantes del delito.

Las construcciones que han sido olvidadas son un elemento esencial en el aspecto físico de una ciudad. El inconveniente con ellas es el efecto que propicia en las personas que de alguna manera tienen contacto con dichas construcciones. El tiempo no sólo los ha deteriorado, sino que ha disuelto el respeto que en cierta forma se les tenía. Los edificios abandonados al parecer, no sólo le sirven a las personas marginadas, sino que también se les ha encontrado un uso como basurero.

Las construcciones o edificios que conforman nuestra ciudad, están impregnados del agradable olor del México antiguo. Un México inolvidable que se preserva en estas construcciones, muchas de ellas remodeladas, otras tantas demolidas y una cuantas en particular, dejadas al olvido.

En un futuro no muy lejano, cuando las necesidades urbanas se transformen, muchas de los edificios ya construidos, que en la actualidad están en uso, seguramente pasarán por el mismo proceso por el cual han cruzado las construcciones anteriores.

Nuestra ciudad está llena de estas joyas, y no podemos devaluarlas por el simple hecho de que ya no tienen el funcionamiento ideal. Forman parte, no solo de la infraestructura arquitectónica, sino de una historia que lleva implícita nuestro pasado.

Listado de algunos edificios abandonados en la ciudad de México.

Edificio jamás terminado y en el abandono:

• Eje Central y Arcos de Belén, ubicado en esa esquina, Col. Centro. Del. Cuauhtémoc.

Edificio jamás terminado y en el abandono:

• Insurgentes 85. Ubicado en Av. Insurgentes Centro y Londres, Colonia Juárez, Del. Cuauhtémoc.
• Edificio de la FSTSE. Ubicado en Insurgentes centro y Niza, Colonia Juárez, Del. Cuauhtémoc.





• Edificio del Instituto Nacional de Migración. Ubicado en Av. Chapultepec 284, Colonia Roma Norte, Del. Cuauhtémoc.



• Cine Latino. Ubicado en Av. Paseo de la Reforma en la Colonia Roma, Del. Cuauhtémoc.
• Arcos de Belén 23, Ubicado en esa avenida en la Colonia Centro, Delegación Cuauhtémoc.
• Frontón México. Ubicado en Plaza de la República, Colonia Tabacalera, Del. Cuauhtémoc.

Abandonados y Demolidos:

• Cine Roble
• Hotel Alameda

Abandonados y en remodelación:

• Torre Insignia

Remodelados:

• Museo de Arte Popular